Los implantes bifásicos se colocan crestalmente, lo que significa que se insertan directamente en el hueso alveolar (el hueso que sostiene los dientes). El procedimiento generalmente incluye los siguientes pasos:
- Apertura del colgajo: Se realiza una pequeña incisión en la encía para exponer el hueso.
- Preparación del hueso: Se perfora el hueso para crear espacio y se inserta el implante de titanio.
- Anclaje en el hueso: El implante queda firmemente anclado en la primera cortical (la capa externa del hueso) y en el hueso esponjoso (la capa interna más blanda).
- Cierre y espera: La encía se sutura sobre el implante, y se inicia el proceso de osteointegración, donde el implante se fusiona con el hueso.
Tiempos de Espera y Rehabilitación
El tiempo total desde la colocación del implante hasta la rehabilitación (colocación de la corona) varía según el caso:
- Implantes estándar: De 3 a 6 meses.
- Elevación de seno maxilar: De 6 a 9 meses (cuando se necesita aumentar la altura del hueso en el maxilar superior).
- Injertos óseos: Hasta 18 meses (en casos donde el hueso es insuficiente y requiere regeneración).
Este tiempo de espera es necesario para garantizar que el implante esté completamente integrado al hueso y sea lo suficientemente estable para soportar la carga masticatoria.
¿Por qué no se Usa Carga Inmediata en Implantes Bifásicos?
La carga inmediata (colocar la corona poco después de la cirugía) no suele estar indicada en la implantología bifásica por varias razones:
- Falta de estabilidad primaria: El implante necesita tiempo para anclarse firmemente en la primera cortical y el hueso esponjoso.
- Retracción de tejidos: La encía y el hueso pueden retraerse durante el proceso de curación, lo que afectaría la estética final.
- Aumentos óseos: Si se ha realizado un injerto óseo o una elevación de seno, es necesario esperar a que el hueso se regenere antes de colocar la corona.

Osteointegración: La Clave del Éxito
El término osteointegración fue acuñado por el profesor Per-Ingvar Brånemark, quien descubrió que el titanio podía fusionarse con el hueso vivo. Este proceso biológico implica:
- Crecimiento óseo: El hueso crece hacia la superficie del implante, formando una conexión directa.
- Mineralización: La matriz ósea se mineraliza, fortaleciendo la unión entre el implante y el hueso.
La osteointegración es fundamental para la estabilidad y durabilidad del implante a largo plazo.
Problemas Comunes en Implantes Bifásicos
Aunque la implantología bifásica tiene altas tasas de éxito, existen algunos problemas que pueden surgir:
- Mucositis: Inflamación de la encía alrededor del implante (prevalencia del 80%). Si no se trata, puede progresar a periimplantitis.
- Periimplantitis: Infección que afecta el hueso alrededor del implante (prevalencia del 24% a los 5-10 años).
- Causas comunes:
- Microgap: Espacio entre el implante y la corona donde se acumulan bacterias.
- Implantes mal colocados: Posición incorrecta que genera tensiones anormales.
- Prótesis mal diseñadas: Sobrecarga masticatoria o ajuste deficiente.
- Pérdida de perfusión sanguínea: Reducción del flujo sanguíneo en la zona del implante.
Avances en Implantología Bifásica
La implantología bifásica cuenta con una extensa evidencia científica y sigue avanzando gracias a mejoras en:
- Diseño de implantes: Superficies tratadas para favorecer la osteointegración.
- Materiales: Uso de titanio de alta calidad y zirconio para prótesis.
Conclusión
La implantología bifásica es una técnica predecible, segura y efectiva para reemplazar dientes perdidos. Aunque requiere altos costos, tiempo y paciencia, los resultados son duraderos y de alta calidad. Si estás considerando un implante dental, consulta con un especialista para evaluar si esta técnica es la mejor opción para ti.
Recuerda: la prevención y el cuidado postoperatorio son clave para el éxito a largo plazo de tus implantes. ¡Tu sonrisa lo vale!
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